Flores bobas por toda la hoja,
el corazón abierto sobre la mesa.
Un nudo que impide hablar,
otro impide pensar, y otro
me pinta una sonrisa falsa
que me deschava en un instante.
Me río, sonrío, frunzo el ceño, suspiro.
Tomo agua; más flores y garabatos,
para evitar decir lo que muero por gritar.
No tiene sentido, no cierra;
no puede ser.
¿Qué importa? ¿Qué tiene que ver?
Nada, nada, nada.
Son solo flores en papel.
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